Mamá, una palabra que puede significar muchas cosas, muchos sentimientos y actitudes, mamá la persona que te carga en su vientre por nueve meses, que en realidad no son muy fáciles, nueve meses de dolores y náuseas, pero al final de esa etapa, llega a este mundo un ser tierno, hermoso y sensible.
Mamá, la que te alimenta, cuida y protege, mientras tú aprendes a hacerlo, la que cada noche cuando tú lloras, se levanta para ver que te sucede o evitar que algo malo te ocurra, la que con arrullo te duerme en su pecho y con amor canta esas lindas canciones de cuna.
Mamá, la que te lleva de la mano a tu primer día de clases, la que trata de calmar tus gritos y lloriqueos porque no quieres separarte de ella, a la que pateaste por no quedarte en el colegio.
Mamá, la que todos los días te ayuda con tus tareas y te enseña a como ser una mejor persona, mamá la que con rigor te exigió aprenderte las lecciones, las tablas, las vocales y los números, mamá la mejor maestra que podamos tener.
Mamá, la que te aconsejó en tus días de secundaria, la que te regañaba siempre por llevar la camisa del colegio sucia, la que curaba tus moretones, raspaduras y heridas que te hacías al jugar, mamá la que te levantaba en las mañanas para que te vistieras e ir al colegio.
Mamá, la que se enorgulleció cuando te llevaba del brazo en tu promoción de bachiller, la que de emoción lloró cuando subías a retirar tu diploma, mamá la que hizo todo lo posible para que tú siempre sobresalieras.
Mamá, la que se emocionó cuando se dio cuenta de que ya era hora de iniciar una nueva etapa de tu vida, la universidad. Mamá la que con gozo y euforia te apoyó para que tú escogieras tu futura profesión.
Mamá, la que te exhortó cuando cometiste una y otra vez el mismo error. Mamá la que te espera hasta que llegues a casa aunque sea muy noche. Mamá la que no duerme pensando que te puede suceder en la calle. Mamá la que con lágrimas en su rostro te pide que no vuelvas a cometer ese error.
Mamá, la persona que es irremplazable, alguien que sin esperar nada a cambio te lo da todo, la mujer que te amará por todo la vida. Mamá la que nunca descansará para que nunca te haga falta nada.
Mamá, esa es mi mamá, todo esto ha hecho y hoy tu hijo te dice gracias, gracias por tus regaños y perdón por tus lágrimas. Mamá, esa es mi mamá, María Eugenia Aburto Sevilla, esa es mi mamá.
Mamá, la que te alimenta, cuida y protege, mientras tú aprendes a hacerlo, la que cada noche cuando tú lloras, se levanta para ver que te sucede o evitar que algo malo te ocurra, la que con arrullo te duerme en su pecho y con amor canta esas lindas canciones de cuna.
Mamá, la que te lleva de la mano a tu primer día de clases, la que trata de calmar tus gritos y lloriqueos porque no quieres separarte de ella, a la que pateaste por no quedarte en el colegio.
Mamá, la que todos los días te ayuda con tus tareas y te enseña a como ser una mejor persona, mamá la que con rigor te exigió aprenderte las lecciones, las tablas, las vocales y los números, mamá la mejor maestra que podamos tener.
Mamá, la que te aconsejó en tus días de secundaria, la que te regañaba siempre por llevar la camisa del colegio sucia, la que curaba tus moretones, raspaduras y heridas que te hacías al jugar, mamá la que te levantaba en las mañanas para que te vistieras e ir al colegio.
Mamá, la que se enorgulleció cuando te llevaba del brazo en tu promoción de bachiller, la que de emoción lloró cuando subías a retirar tu diploma, mamá la que hizo todo lo posible para que tú siempre sobresalieras.
Mamá, la que se emocionó cuando se dio cuenta de que ya era hora de iniciar una nueva etapa de tu vida, la universidad. Mamá la que con gozo y euforia te apoyó para que tú escogieras tu futura profesión.
Mamá, la que te exhortó cuando cometiste una y otra vez el mismo error. Mamá la que te espera hasta que llegues a casa aunque sea muy noche. Mamá la que no duerme pensando que te puede suceder en la calle. Mamá la que con lágrimas en su rostro te pide que no vuelvas a cometer ese error.
Mamá, la persona que es irremplazable, alguien que sin esperar nada a cambio te lo da todo, la mujer que te amará por todo la vida. Mamá la que nunca descansará para que nunca te haga falta nada.
Mamá, esa es mi mamá, todo esto ha hecho y hoy tu hijo te dice gracias, gracias por tus regaños y perdón por tus lágrimas. Mamá, esa es mi mamá, María Eugenia Aburto Sevilla, esa es mi mamá.
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